LA LOCURA POR ESTAR CERCA DE TU ARTSITA FAVORITO

by Kary Martínez

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Recuerdas esa época de los 80s,90s, dónde, no había tanta tecnología como ahora y que escuchabas la radio, ansiabas conocer a todos esos artistas que estaban ahí, y veíamos mucho la televisión, cuando salían en diferentes programas, te ponías a bailar frente al televisor, a cantar, a vivir. Sí vivías, porque disfrutabas, era todo para ti, era tu cápsula de escape, era, donde eras feliz, media hora, 1 hora, lo que duraba tu programa preferido, era una sensación tan hermosa escuchar esa música, y querer aprenderte los pasos de bailes de tus artistas favoritos, todos te los sabías, todas sus canciones te la sabías, pero, había algo que te faltaba, necesitabas conocer a esas personas que te hacían tan feliz.

En esos momentos fueran hombres, mujeres, solistas, o grupos, tú querías al menos, verlos de lejos, y sí te tocaba la fortuna de tocarlos, serías el ser humano más feliz de la tierra, a veces que llegaba la oportunidad de que tu artista favorito estuviera en tu ciudad, no te importaban los obstáculos que hubiera para poder estar cerca de ellos, querías ser la primera en estar ahí, en su concierto, en su entrevista, en el radio, te ibas afuera de la radiodifusora a esperar a que llegarán para poder verlos por fin, y cuando llegaban, y los veías de lejos, te sentías desmayarte.

Literal, había quien se desmayaba de tantas emociones que corrían por su cuerpo, tantas sensaciones que no te explicabas porque sentías, era una adrenalina dentro de tu cuerpo, que no podías más, hasta caer desmayada, y cuando no te desmayabas, jaja, gritabas eufórica, hasta quedar afónica, desesperada por poder llegar hacia ellos. Y cuando tenías la suerte de poder llegar a ellos, te los querías comer a besos, los abrazabas y no querías soltarlos más, por fin, tanto tiempo de esperar había terminado, ahí estabas con ellos o a ellas, tocándolos, hablándoles, y ellos, solo con decir una palabra, te hacían derretirte, en esos momentos, eras la mujer más afortunada del mundo, no necesitabas nada más, habías logrado ese gran sueño que siempre deseaste, conocer a tu artista favorito.

Lamentablemente solo duraba unos segundos, para ti eran eternos, ya que se tenían que ir, y tú solo los veías alejarse, y volvías a sentir esa sensación de vacío, tus emociones que estaban al máximo, tu adrenalina, todo lo que sentías y de repente te daba el bajón, y te sentías tan débil, y cabizbaja, claro, porque ya no estaba esa adrenalina que tu cuerpo te hizo sentir, y tenías que volver a tu realidad.

Tal cual pasaba cuando ibas a los conciertos, wow fantástico, te quedabas afónica, pero de tanto cantar y bailar, estar entre tanta gente cantando la misma canción, hay quienes dicen que eso es horrible, qué cómo puedes estar  entre tanto ruido y tanta gente, jajaja pues es que se necesita pasión por lo que te gusta, para disfrutarlo como tú lo hacías, también ahí eras totalmente feliz, te salías de tu mundo, de tus preocupaciones, de tus obligaciones, y esperabas con ilusión el día del concierto, y ya que terminaba el concierto, hacías lo que fuera por ir a tomarte una foto con ellos, a veces hasta te escabullías entre los guardaespaldas y lograrás entrar y la misma magia sucedía, te sentías la mujer más feliz del mundo, y otra vez volver a la realidad, te pasabas semana acordándote de ese día y no dejabas de presumirle a tus amigas que habías tocado a ese ser inalcanzable, ya tenías hartas a tus amigas jajaja pero que importaba tu sueño se había hecho realidad.

Claro, con el tiempo todo cambió… llegó el internet, las redes sociales y Zaz la vida de los artistas quedó al descubierto y te das cuenta que no son lo que creías que eran, no eran los seres perfectos, tenían miles de defectos, quizá más que tú y hay quien sufrió con eso, pero los que realmente éramos fan de nuestros artistas, no nos importó eso y seguimos disfrutando de su arte, de lo que nos transmiten y seguimos soñando, llorando, sufriendo, gozando, bailando y gritando con sus canciones pues jamás dejaremos de amar la música.